Seguidores

sábado, diciembre 24

REGALOS...









REGALOS.

Ayer  día 23 de diciembre aún estando en el hospital, alguien se empeñó en alegrarme el día y me trajo...un montón de regalos.
Así de entrada..me dejó oír su voz que hizo que mi alma sufriera una fuerte sacudiera (hacía mucho tiempo que no la oía). Después...después empezaron las sorpresas.
Me recibió con una sonrisa pero...no una sonrisa cualquiera sino con esa sonrisa suya grande, alegre y generosa que hace a quien la contempla se sienta el más afortunado de los mortales. (Así me sentía yo contemplándola).
Mientras caminaba a su encuentro...abrió sus brazos y me permitió cobijarme en ellos para sentir...hay dios para sentir ese algo tan intenso y particular que uno siente cuando ha descubierto de que está compuesta la felicidad. Fue...intenso, agradable, cálido, dulce y casi eterno. Como tienen que ser los abrazos. (¡cuanto los he echado de menos!). En el transcurso del tiempo que estuvo junto a mi...me regalo unos cuantos más. Ella sabe que me gustan, que me encantan pero casi seguro que no sabe cuanto. Sentir sus manos como acarician mi espalda...es una sensación de gozo casi inigualable.
Comimos juntos y ella no se daba cuenta pero...mientras comíamos j...yo la miraba casi de reojo solo por contemplarla, comía con apetito y frente a ella yo me sentía transportado a otros felices días.
No contenta con todos esos magníficos y fantásticos regalos...aún me tenía reservado otro de índole distinta pero...tremendamente agradable.
Has publicado su primer libro de poemas  “Manual para entender las distancias” y me lo regaló con su dedicatoria.
Hasta que ella no se fue... no fui capaz de leer con tranquilidad uno solo de los poemas. Quería leerlos pero...me sentía como inquieto, sentía sus ojos fijos en mi y eso me hacía temblar.
La conocí hace ya algunos años mientras leía alguno de sus poemas  y la verdad es que su poesía  caló en mi como calan las cosas hermosas, esas que entran y dejan en uno un perfume distinto y un ansia de seguir leyendo.
De esos poemas que calan en mi hay unos cuantos en el libro, uno a su madre en particular es de esos poemas que uno quisiera haber sido capaz de componer pero que ni tiene su sensibilidad ni su manera de encajar escenas que te llegan al alma.
Hay otro que dedica a su hija mayor que se te cuela por ese agujero de las emociones y uno se queda con la impresión de que el amor que siente por ella es algo así como el amor de todas las madres agrupado en unos versos sencillos y tan tiernos, tan de madre como “Tengo mandarinas en la cocina/ y todos los besos en mi horno”.
A uno casi se le asoma la sal de esas lágrimas  que acuden simplemente porque entiende y siente un amor similar.

Este “Manual para entender las distancias “ yo lo recomendaría a cualquiera que disfrute de la poesía porque además descubriríais a una poeta de una calidad...exquisita y a la vez una poeta comprometida con su tiempo como lo demuestra en la segunda parte del poemario. Sus 79 páginas...son un deleite para los sentidos a la vez que nos hacen pensar en aquellas cosas que pasan casi rozándonos y no les prestamos la atención que merecen.

Espero que disfrutéis del poemario como yo. Os dejo la dirección del blog de la autora.