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jueves, mayo 5


  Alzheimer.
                                             



 A todos quienes sufren
                                                            a causa de este terrible mal



Sus miradas rozan los límites de lo eterno
y en sus ya silenciosas manos anida el desconsuelo.
Sus cuerpos están aletargados, doloridos, ausentes,
y sus ojos han perdido el brillo alegre de la vida.
Su cerebro es como un muro lacado, blanco y agotado.
Son seres a quienes borraste el ayer, el presente y
teñiste de desesperación el color de tu mañana.

Pero a esos cuerpos nadie les quitó la capacidad
para almacenar y padecer el dolor y a veces...la ira.
Un dolor físico y una ira sin control, sin sentido.
Del interior de esas mentes, de ese desértico muro blanco
puede que en la brevedad de un segundo...surja como
un relámpago el brillo de la lucidez y sus mejillas se mojen
con la sed de unas lágrimas de luz y desesperanza.

Oscuro, tenebroso, desconocido y sádico Alzheimer;
sin pudor soplaste al limbo sus recuerdos, le robaste
las caras, besos, rostros , sueños, caricias y risas;
ya no les quedan luz de amor en sus ojos, no acarician
sus manos, ni sus cuerpos desean, solo dejaste ruina,
letargo, y la mirada vacía de esos doloridos niños grandes.

Y en tu aliento dañino, trajiste ese dolor inmenso
y la sensación de desgarro, impotencia y amargura
para quienes mirándose en sus ojos pueden ver que están
vidriados, vacios, que no son y jamás  serán nada.
Alzheimer, solo dejaste despojos de seres humanos,
solo dejaste ausencias que a veces...pueden llorar.