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miércoles, enero 5

LAS HERIDAS...SIEMPRE DUELEN.

 
LAS HERIDAS…SIEMPRE  DUELEN.

Dicen que el tiempo cura las heridas pero…
no es verdad, solo las cubre de feas cicatrices.
Las heridas siempre  quedan agarradas a las
entrañas. ¡Las heridas… siempre  duelen!

Y era yo quien con conchas  y los dedos de la mano escribía sobre la arena húmeda.
Y escribía  tu nombre y mi nombre  y los enlazaba con gotas de esa espuma que incansable me traía el mar…? Mi alma sigue persiguiendo un sueño, una utopía. Una constelación  de estrellas  bella, luminosa y lejana.

Nunca fui capaz de olvidar el olor de tu piel, el sabor de tu boca y esa  luz brillante y hermosa de tus ojos. Tampoco olvidé el recuerdo de cada estrella que  miramos juntos, el recorrido de la luna  en aquellas noches que el amor nos convirtió en el eje del universo y sobre todo nunca logré olvidar el calor de aquel sol que nos abrasó cuando mis ojos se llenaron de ti.
¿Sabes que esta brisa que acaricia mis mejillas tiene la inigualable suavidad de tu piel y la cadencia melodiosa de tu voz?
Sabes que tu risa es el canto que sueño y ese placer infinito  de este mi mundo sin ti…?

A pesar de que la soledad me ronda como un mastín enfurecido… al cerrar los ojos te veo cruzando  la calurosa calle  y sé que igual que yo…caminabas llevando tatuado en tu alma  con gotas de un deseo  infinito  el temblor que nos recorría desde los pies  a la mente haciendo que para mi  desapareciera el mundo y lo único importante fueran tus manos, tus labios  y tu casi verde  delicioso mirar.

Cuando marchaste adentrándote  en tu irreal  campos de amapolas…dejaste tras de ti esas heridas que el tiempo no cierra, solo las  recubren  poco a poco con cicatrices que siguen doliendo  como demonios.