El ECO DE SU VOZ...
A LOLA.
Compartimos:
sueños, sangre y...apellidos.
Han pasado los años pero...aún resuena en mi memoria la terrible angustia de su voz.
Sabía que se iba, sabía que sus últimas horas llegaban y sus ojos reflejaban toda su angustiosa preocupación por el futuro de sus hijos,
La recuerdo intentando aguantar el infernal dolor que le carcomía el alma. Y me estremezco viendo como intentaba soportar el tremendo dolor que el cuerpo sufría con el más mínimo roce. Yo tenía enormes deseos de acariciar aquella cara deformada por la quimioterapia pero me controlaba porque una caricia mía... era un suplicio para ella.
Esa Mujer que padecía, fue en otros tiempos...La hermosa, dulce y amada hermana. Esa mujer amable y sonriente que tanto amor llevó a mi corazón cada vez que estaba cerca o me hablaba. La sentía tan cerca de mí que a veces creí que al abrazarme ponía tanta alma en el abrazo como si yo fuese lo único que ella tenía en la vida. Ella sí ha sido lo único que yo he tenido de verdad en mi ya dilatada vida.
He conocido el amor y eso no lo puede decir todo el mundo y la primera vez que de verdad fui consciente de ello fue cuando sus brazos me rodeaban y sentía en su abrazo toda la fuerza de una mujer sin igual.
El eco que aún resuena en mi mente...quizá sea solo la amargura por su pérdida que los años no han podido ni podrán hacerme olvidar.